Después de los hechos de Colonia, gobiernos y organizaciones vieron que es importante guiar a los prófugos varones (de cualquier origen) a descifrar los códigos de comunicación entre los sexos que se usan en el país europeo donde se han refugiado, aunque esto ha generado también rechazo de parte representaciones de la población extranjera por considera que tiene un carácter etnocentrista.
En Noruega hay una gestión pionera, la gestión de casi la mitad de centros para refugiados está a cargo de la organización Hero. El tema de la paridad de género es tratado desde hace dos años en un taller interactivo de cinco horas, donde, sentados en círculo, los refugiados discuten en compañía de un animador y un traductor, sobre las actitudes de las chicas locales, y son orientados hacia una mejor comprensión.
Por ejemplo, “si una chica te sonríe levemente en la calle, no quiere decir que quiere acostarse contigo”, tampoco “el invitar una bebida a una chica, no necesariamente te asegura sus favores”. Para muchos chicos de África u Oriente Medio, que se quedan chocados por la libertad de las chicas en Europa, estos talleres están resultando, según sus propias opiniones, muy útiles.
En Dinamarca, ya desde octubre se está agregando el tema de la educación sexual a la enseñanza del idioma danés para los refugiados; en Austria se distribuye una guía en árabe, farsi, inglés y alemán que explica derechos y deberes en el país, la igualdad entre hombres y mujeres, los derechos de los niños y niñas, y también en Suecia se están estudiando iniciativas similares.
Las organizaciones de personas extranjeras reclaman que con ciertas medidas y difusión de noticias con un enfoque etnocentrista se generalice a toda la población recién (o ya de muchos años) llegada, sin tomar en cuenta su diversidad, afectando a la globalidad por actos de unos cuantos.
Una serie tv, “Lilyhammer”, producida por Netflix, habla de una mafioso italo-americano arrepentido que va a vivir en Escadinavia, y debe aprender los valores de la ciudadanía escandinava.
Por supuesto, los cursos representan solo una parte de la integración de los refugiados, que debe ser acompañada por medidas de formación profesional e inserción laboral, opinan los integrantes de Hero.
