La ONU aprueba el Tratado Sobre Comercio de Armas (TCA), el primero que reconoce el vínculo entre el comercio internacional de armas y la violencia de género
En el mes de octubre de 2012 informábamos de la falta de responsabilidad de algunos gobiernos al imposibilitar la regulación del comercio mundial de armas, permitiendo así que cada minuto muera una persona por culpa del descontrol de las armas. Efectivamente, las negociaciones del mes de julio de 2012 en el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fracasaron estrepitosamente. A pesar de ello, la sociedad civil continuó trabajando para que las armas estén bajo control. Finalmente, durante el otoño pasado la ONU convocó una nueva Conferencia diplomática.
La Conferencia tuvo lugar del 18 al 28 de marzo. Era la última oportunidad para conseguir de forma consensuada entre los Estados miembro de la ONU un acuerdo histórico. Y, de nuevo, fue un fracaso. Después de diez días de negociaciones intensas, y a pesar del apoyo de la gran mayoría de países, Irán, Corea del Norte y Siria bloquearon el acuerdo e hicieron imposible que se aprobara un Tratado sobre Comercio de Armas que regule estas transacciones mortíferas.
Pero la vida a veces da más de una oportunidad para hacer las cosas bien. Así, el último día de la Conferencia, Kenia presentó una resolución, apoyada por cien países, pidiendo a la Asamblea General de la ONU que el martes 2 de abril se votara el texto del Tratado que no se pudo aprobar en el marco de la Conferencia diplomática. Esta petición fue escuchada y aceptada. Y efectivamente se incluyó en el orden del día de la Asamblea General, donde solo era necesaria la mayoría simple de los estados para aprobar el documento.
Y se ha aprobado, ¡y por una mayoría abrumadora!
Diez años haciendo campaña
Después de más de diez años de campaña y de seis años de negociaciones diplomáticas, los Estados miembro de las Naciones Unidas han votado a favor del Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) por una gran mayoría (154 votos a favor, 23 abstenciones y 3 votos en contra).
El Tratado establece obligaciones vinculantes a los gobiernos para evaluar todas las transferencias de armas y poder garantizar que no serán utilizadas para cometer abusos de los derechos humanos, actos de terrorismo, para el crimen internacional organizado o violaciones del derecho internacional humanitario. Se requerirá a los gobiernos que rechacen cualquier transferencia de armas si existe el riesgo de que los países las utilicen para violar los derechos humanos o cometer crímenes de guerra.
El abanico de material bélico al que afecta el Tratado es bastante amplio: recoge en principio todas las armas convencionales (carros militares, aviones de combate, etc.). Tiene en cuenta las siete categorías del registro de la ONU, al cual se han añadido las armas pequeñas y ligeras, así como municiones y partes y componentes de armas, aunque con un nivel de exigencia menor. No obstante, este registro tiene más de veinte años y algunas armas actuales, como los drones, son difíciles de encajar en las categorías clásicas. Esto puede dar pie a que algunos Estados aprovechen esta fisura para continuar con su comercio.
Un texto que habrá que mejorar
El Tratado aprobado, al salir de un proceso diplomático en el que se buscaba el consenso de los 193 Estados miembro de la ONU, podría ser mucho más ambicioso y exigente. Pero afortunadamente se puede modificar el texto si existe el acuerdo de las tres cuartas partes de los Estados. Teniendo en cuenta el amplio apoyo que ha recibido, consideramos que con el tiempo solo puede mejorar.
Cabe destacar el trabajo realizado por La Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad (WILPF) que, conjuntamente con otras tres organizaciones internacionales – la Red de Mujeres de IANSA, Amnistía Internacional y Religiones por la Paz – ha estado reclamando que el Tratado sobre Comercio de Armas (TCA) incluya la prevención de la violencia de género. Efectivamente, ha trabajado con ímpetu para conseguir la inclusión de criterios específicos que prohíban las exportaciones de armas en casos en que sea probable que se produzca violencia armada contra las mujeres. Y, ¿qué ha ocurrido? Pues que las peticiones realizadas, y apoyadas por las delegaciones de más de 100 países, han sido respetadas y, de este modo, el TCA es el primer tratado que reconoce el vínculo existente entre el comercio internacional de armas y la violencia de género.
Preámbulo TCA
(…) Teniendo en cuenta que la gran mayoría de las personas afectadas por los conflictos armados y la violencia armada son civiles, en particular mujeres y niños, (…)
Artículo 7.4
Al realizar la evaluación, el Estado parte exportador tendrá en cuenta el riesgo de que las armas convencionales comprendidas en el artículo 2, párrafo 1, o los elementos comprendidos en el artículo 3 o el artículo 4 se utilicen para cometer o facilitar actos graves de violencia por motivos de género o actos graves de violencia contra las mujeres y los niños.
Proceso de firma y ratificación
Ahora, los gobiernos han de iniciar inmediatamente el proceso de firma, hasta el mes de junio. Posteriormente, los países que hayan firmado deberán ratificarlo y el tratado entrará en vigor con cincuenta ratificaciones. La coalición Armas Bajo Control ha hecho un llamamiento a todos los Estados para que den prioridad a la firma y ratificación del Tratado. También pide a todos los gobiernos que se comprometan a aprobar la legislación nacional necesaria para que el Tratado entre en vigor lo más rápido posible.
Jordi Armadans, director de FundiPau (Fundació per la Pau): “La votación de hoy, que ha permitido la aprobación del primer tratado global para regular el comercio internacional de armas, es un hito histórico, que marca el inicio de una nueva era. A partir de ahora se ha acabado la impunidad para los traficantes de armas y los violadores de derechos humanos.
Es un día feliz: para las personas que desde las diversas ONG, centros de investigación y campañas han estado impulsándolo y trabajando en ello desde hace tiempo. Para los políticos y los diplomáticos implicados. Para los periodistas que han informado. Para la gente que quiere un mundo en paz. Para las víctimas que han sufrido la violencia armada. Y, sobretodo, para las futuras víctimas que, con el tratado, nos ahorraremos.”
Más información:
Mujeres por el control de las armas I
Mujeres por el control de las armas II
