(Graf. eleconomista.es)
El Día por la Igualdad Salarial entre Hombres y Mujeres es una fecha para analizar y plantear el debate sobre por qué, en pleno s.XXI, todavía estamos hablando de que por un mismo trabajo las mujeres reciben menos salario y también que los trabajos relacionados con la reproducción siguen valorándose a la baja.
Hay que mencionar que el análisis de la desigualdad salarial debe tener en cuenta tanto los elementos que todavía hoy rodean la realidad de las mujeres en el mercado laboral, como el contexto que la genera y la hace crónica: la división sexual tanto en los trabajos asalariados como en los de cuidado; la segregación a la hora de elegir profesión, segregación horizontal persistente y estereotipada del empleo que hace que haya sectores feminizados y masculinizados; desigualdad en la promoción, valorar los puestos de trabajo en función también de estereotipos sexistas o el acceso de las mujeres a puestos de alta dirección.
La tasa de actividad de las mujeres en 2014 sigue estando 10 puntos por debajo de la de los hombres, la tasa de paro es superior, de más larga duración y en hombres se reduce en mayor grado que en mujeres. El empleo de las mujeres es temporal y a tiempo parcial y se precariza desde las reformas laborales que han tenido un impacto de género importante.
Igualar salarios
Por lo tanto, la reducción de la brecha, en primer lugar, pasa por lograr que se respete la inserción laboral y, en segundo, que el poder adquisitivo las mujeres se eleve e iguale. En general, en cuanto a los niveles de ingreso, tenemos peores condiciones que repercuten durante toda la vida laboral y ciclo vital.
Podemos afirmar que las mujeres reciben menos salario siempre independientemente de su nivel de estudios y que la brecha salarial nos afecta a todas y en todas las ocupaciones y tipos de contratos aunque a más precariedad más brecha, a más edad también y a más consolidación de sueldos y carrera profesional también más diferencia de salario.
En los tramos de edad más bajos, los salarios medios tanto de hombres como de mujeres son similares pero a partir de los 30 años el salario de los hombres va aumentando de manera constante a lo largo de la vida laboral y en cambio el de las mujeres no.
En Cataluña, según la Encuesta de Estructura Salarial (INE 2014), las mujeres el 2012 cobraban un salario bruto de € 6.905,33 anuales menos que los hombres. Poco a poco se va reduciendo esta diferencia respecto a años anteriores, pero desgraciadamente no para que se corrija la desigualdad sino porque las reformas laborales están generando la equiparación de sueldos a la baja también para hombres.
Elaboración propia. Secretaría de la Mujer de CCOO, Informe 8 de marzo 2015
La brecha la encontramos en todos los grupos de edad. Cuando se inicia la vida laboral, tanto hombres como mujeres tienen salarios bajos. La edad de las mujeres con salarios más altos es la que va de los 35 a los 44 años, y a partir de aquí la brecha va aumentando. El salario medio en 2012 de las mujeres fue 31% menor que el de los hombres y por grupos de edad la brecha aumenta notablemente entre los 45 a los 60 años.
Por sectores de actividad encontramos que la brecha existe en todos, aunque volvemos a hallar que en los sectores con salarios más bajos, como la construcción, la brecha es menor.
Ahora bien, en el sector servicios tan feminizado el salario bruto por hora en 2012 era de € 17,17 para los hombres y de 13,93 € para las mujeres.
Desde las reformas laborales el contrato a tiempo parcial es una fórmula para tener mano de obra barata y una flexibilidad a expensas de la voluntad arbitraria del empresariado.
Por tipo de contrato y tipo de jornada el salario siempre es inferior para las mujeres y destacamos que en contratos de jornada completa es donde hay una diferencia considerable.
El salario bruto anual y ganancia por hora de un hombre con contrato indefinido en 2012 ha sido de € 17,88 mientras que el de una mujer ha sido de € 14.32. En contratos temporales la ganancia por hora de los hombres ha sido de € 12,45 y el de las mujeres de € 11.43 hora.
Esto quiere decir que las mujeres tienen que trabajar más de 60 días adicionales que los hombres para cobrar lo mismo.
Si miramos las veces que los sueldos se multiplican respecto al SMI, vemos que las mujeres son más en las franjas donde su sueldo sólo es una o dos veces el SMI y, en cambio, los hombres son la mayoría cuando los su sueldo se multiplica por 5, 6 e incluso más de 8 veces el SMI. En 2012 el 17:36% de las mujeres trabajadoras cobraban de 0 a 1 vez el SMI frente al 7,52% de los hombres trabajadores; mientras que las mujeres trabajadoras que cobraban de 5 a 6 veces el SMI a tiempo completo eran un 2,14%, los hombres trabajadores llegaban al 4,22%, es decir el doble.
Está claro que a pesar de sufrir crisis, como la mayoría del sur de Europa, en nuestro país, a diferencia de estos, la brecha se mantiene en un índice de hace 10 años con un impacto muy grande en las mujeres de todas las edades y de todos los sectores de actividad. El sesgo de género en las retribuciones se convierte en brecha más allá del empleo en prestaciones de desempleo o pensiones.
Quizás mejorar en políticas activas de empleo, que tengan en cuenta de verdad la condición de género podría mejorar esta situación, una negociación colectiva con garantías que fije medidas y planes de igualdad en las empresas y sobre todo un cambio de mentalidades que haga del principio de igualdad de género un principio de justicia y equidad.
Más información:
Secretaria de Dona de CCOO de Catalunya
