Antoinette Fouque Foto Whattalking.com
Antoinette Fouque ha muerto en París hace dos días. Este es el año de la desaparición de grandes mujeres y hombres que lucharon bravamente por sacar a sus países de la miseria y la barbarie en que las guerras del siglo XX los habían sumido.
Antoniette Fouque ha sido una de las más destacadas dirigentes del Movimiento Feminista francés. Psicoanalista, escritora, creadora y directora de la revista Des Femmes en Mouvement, de la librería Des Femmes, del colectivo feminista Psicoanalysis et Politique, lideró durante cincuenta años las luchas de las francesas, desde los años sesenta.
Las demandas feministas del aborto, de la paridad, de la igualdad de salarios, de la participación de la mujer en los puestos de dirección, tuvieron en su revista y en sus libros la difusión que otras editoriales les negaba. Publicó decenas de títulos de autoras de muchos países: francesas, españolas, argelinas, vietnamitas, mientras a la vez, y como compromiso ineludible para quien entendía el feminismo como la lucha global contra las injusticias y explotaciones, era solidaria de todas las luchas de liberación: las del Tercer Mundo y las de España.
Antoinette Fouque fue la primera que inició la campaña a favor de los procesados por el atentado de la calle del Correo de Madrid. Des Femmes escribió un hermoso manifiesto contra la represión franquista que publicó en Le Monde, pagando la página entera. Organizó un Comité de solidaridad en el que se incluyeron Sartre, Simone de Beauvoir, Ionescu, y numerosos intelectuales más, que reclamó insistentemente nuestra libertad. Y a la vez tradujo y publicó en su editorial varios libros de los que estábamos en prisión.
Nunca terminó su tarea militante. Diputada en el Parlamento Europeo llevó la voz y las demandas de las mujeres y de los emigrantes a una Europa egoísta, machista y racista.
Y todo ello lo hizo durante más de medio siglo padeciendo una cada vez más grave limitación física. Sufrió poliomielitis de niña y durante muchos años pudo moverse difícilmente con muletas, hasta que en la madurez un nuevo ataque la confinó en una silla de ruedas, que dirigía con un mando eléctrico, donde cada vez tenía menos movilidad.
Antoniette Fouque pertenecía a esa generación de gigantes que conocía bien el enemigo fascista y machista por haberlo sufrido directamente, en un siglo que forjó héroes y heroínas como ya no nacen.