martes, 4 de septiembre de 2012, 15:55
Comisión Nacional de Enlace
En forma virulenta, exponiendo su arrogancia y una inaceptable intromisión en los asuntos de Estado, los obispos católicos, todos al unísono, se manifestaron contrarios a la utilización de las guías sexuales en los colegios de Costa Rica. No era de esperarse otra cosa de los representantes de una institución reaccionaria y vinculada a hechos atroces a lo largo de su historia. Como corresponde a su accionar, ese grupo de obispos calificó de herejes las guías sexuales porque no se nombra a “dios” ni al “matrimonio” y sin medir los tiempos que corren y las consecuencias se lanzaron a combatir esa herejía.
Precisamente con ese fin, se crearon los tribunales inquisitorios, iniciados por Inocencio III en el año 1198, que derivaron en la terrorista Santa Inquisición y posteriormente en la Congregación del Santo Oficio. Todas esas instancias se caracterizaron por perseguir a los “herejes”, arrestarlos, torturarlos cruelmente y matarlos en el nombre de “dios” y la “fe cristiana”. Ardieron miles de hombres y especialmente mujeres en las hogueras prendidas por la Santa Inquisición, comandada en una de sus etapas por los dominicani (perros de “dios”) de donde se derivó la secta de los dominicos. (Ver, Historia de la Santa Inquisición, I. Grigulevich, editorial Progreso, 1976).
Ese proceder de la “santa iglesia católica” no ha cambiado mucho a lo largo del tiempo. Hoy no tienen esos santos tribunales a su disposición pero con sus políticas reaccionarias actúan siempre en consecuencia a la filosofía primaria de esos tribunales inquisitorios y se oponen al avance de la humanidad hacia estadios superiores de vida y placer. Se oponen a todo, al control de la natalidad, al aborto, a la diversidad sexual, a la fecundación in vitro, etc., todo en el nombre de “dios” y de la “fe cristiana”.
Pero igual, en el nombre de “dios”, han cometido crímenes espernibles. Sin duda alguna, uno de los hechos más terribles ha sido la conducta de los curas pedófilos que han abusado y violado a niñas y niños en todo el mundo afectándolos de por vida. A esos hechos ya de por sí brutales se suma otro, el ocultamiento de esa conducta criminal por parte de las altas autoridades eclesiásticas. Solo por la insistencia de los afectados y sus familias es que algunos sacerdotes han sido afectados y enviados a prisión y algunas autoridades superiores han tenido que dejar sus cargos.
En el campo financiero es igual, antes y recientemente la Iglesia Católica se ha visto envuelta en sonados escándalos. Uno de ellos fue el del Banco Ambrosiano, que se derrumbó estrepitosamente en 1982 y que en el centro del fracaso de ese banco estaban su presidente Roberto Calvi (apareció ahorcado en Londres), el presidente del Banco del Vaticano, Monseñor Paul Marciskus, algunos cardenales, obispos y altos prelados de alto rango y Michele Sindona, empresario y banquero siciliano famoso por los contactos con la mafia.
Recientemente a raíz de las filtraciones del Vaticano, se despidió al presidente de ese banco, Ettore Gotti, en medio de un escándalo por supuesta violación de las normas de prevención del blanqueo de dinero.
En nuestro país los escándalos de la Iglesia también han sido recurrentes, abusos, estafas, movimientos ilegales de dinero, creación de figuras financieras y su participación por medio del obispo Francisco Ulloa en la Junta Directiva del Grupo Sama. Es el mismo obispo inquisidor que mando a vestirse con recato y con pudor a las mujeres porque sin ese recato las deshumanizan.
Por lo expuesto, consideramos que la Iglesia Católica no tiene autoridad para oponerse a las guías sexuales, todo lo contrario su conducta está muy lejos de convertirla en un faro que ilumine el camino a nadie. Tiene una trayectoria muy cuestionada, por tanto no puede levantar el tono como lo está haciendo, en la práctica convirtiendo el tema de las guías sexuales en una santa cruzada y en una cacería de herejes como hacía la terrorista Santa Inquisición.
Rechazamos categóricamente la intromisión de esa Iglesia Católica en los asuntos que competen al Estado y sus políticas educativas máxime en un tema tan sensible como la sexualidad.
Es hora de replantear el papel de la Iglesia Católica en Costa Rica y para eso es necesario avanzar en las modificaciones constitucionales para que Costa Rica opere bajo el mando de un Estado Laico.
Comisión Nacional de Enlace
30 agosto 2012