Casi tres de cada cuatro mujeres jóvenes se han visto expuestas a comentarios sobre su físico en las redes sociales. Y seis de cada diez contenidos publicitarios que reciben las jóvenes en redes están vinculados a la moda y la belleza.
El Instituto de las Mujeres presentó el 5 de febrero en el Ministerio de Igualdad los resultados del estudio del Observatorio de la Imagen de las Mujeres “Autopercepción de la imagen de las mujeres en los nuevos entornos digitales”, que analiza cómo se representa a las jóvenes en los contenidos digitales y los efectos que causa esta representación.
Más del 97% de las encuestadas utilizan las redes digitales, por tanto el ámbito digital juega un papel fundamental en la socialización de género.
Los contenidos analizados reflejan la permanencia de estereotipos en las redes y, según la percepción de las participantes, las mujeres representadas son de status económico alto (un 60,2% está muy de acuerdo), delgadas (55,6%), sin discapacidad (54,9%) y no racializadas (52,6%).
Los resultados muestran que casi tres de cada cuatro jóvenes (el 72,2%) se han visto expuestas a comentarios sobre su físico o mensajes de contenido sexual no deseado y el 58,8% ha sido objeto de desprecios, ataques o insultos a través de comentarios machistas.

Las encuestadas bloquean al agresor en el 71,2% de los casos, pero lo denuncian en las plataformas en un 38,2% y en la policía en un 5,7%). Ante estas agresiones las mujeres jóvenes optan en un 10,6% por abandonar el espacio, y esta decisión la toman más las jóvenes racializadas y con discapacidad.
El estudio constata que seis de cada diez contenidos publicitarios que reciben las jóvenes en redes sociales están vinculados a la moda (63,5%) y la belleza (61,5%), un 41% guarda relación con entrenamientos y un 33,7% sobre alimentación o dietas. Más del 70% de las jóvenes señala entre frecuentes y ocasionales anuncios de operaciones estéticas.
El impacto de estos contenidos es muy alto puesto que más de la mitad (un 56,7%) de las mujeres entre 18 y 30 años, manifiesta sentirse presionada por parecerse a las mujeres que aparecen en los contenidos digitales, provocando sentimientos negativos como frustración y malestar. También opinan que estos contenidos pueden aumentar el riesgo de desarrollo de trastornos alimenticios, insatisfacción corporal, ansiedad y aislamiento social.