El viernes 18 de noviembre, coincidiendo con el final de la campaña electoral, se estrena ‘Interferencias’, la primera película Creative Commons del Estado español
Desde el primer momento en que el Observatorio de la Deuda en la Globalización (ODG) propuso a la ONG audiovisual Quepo poner en marcha el proyecto de una película para explicar la crisis global, el ODG tenía claro que quería escapar del formato documental y apostar por la ficción para así “romper el círculo y llegar a un público más amplio”
Según la investigadora del ODG Iolanda Fresnillo. El resultado del proyecto ha estado Interferencias,que se estrena coincidiendo con el final de la campaña electoral comouna llamada de atención el próximo viernes 18 de noviembre, y que pretende ser una reflexión sobre quien genera deuda, quien mueve los hilos y sobre todo las interferencias que hay entre la política y la economía con la gente. Además del formado ficción que seguramente supondrá un antes y uno después en el trabajo de concienciación de las ONG que más que nunca necesitan llegar al público, el proyecto también es innovador por su particular difusión puesto que es la primera película bajo licencia de Creative Commons que se estrena en el Estado español.
La película explica los impactos del libre comercio, la irresponsabilidad de los gobierno, instituciones y empresas sin caer en tecnicismos por eso los director y el guionista optaron por la metodología de antes del rodaje dar mucha documentación a las actrices y el actor y organizar grupos de disusión. Del que salía a las discusiones “cogíamos apuntes y se los dábamos libertado porque pudieran expresar el texto a su manera”, destacó Zaraceansky. El film toca todas las teclas y señala con el dedo culpables de la crisis como el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín, el presidente de Repsol Antoni Brufau o empresas como Zara o Unión Fenosa. No obstante la complejidad que alcanza, la película expone en contadas pinceladas como el sistema económico actual crea la pauperización de las mujeres . Quizás el hecho que estemos hablando de un excelente proyecto que proviene de entidades con una fuerte conciencia social puede servir de termómetro para observar cuánto camino queda por hace hasta que la perspectiva de género se vea como necesaria y se incluya a la hora de explicar las desigualdades sociales.