Ni siquiera el invierno suramericano pudo refrenar la lucha, la marcha, el mensaje de miles de personas en Argentina aunadas por el “#Ni Una Menos.” A la que este año se sumó la consigna que apuesta a la vida #Vivasnosqueremos.
Por segundo año consecutivo el mensaje continúa teniendo la claridad necesaria para exigirle al Estado su compromiso y presencia así como el cumplimiento efectivo de la ley 26485 de violencia contra las mujeres. A través de esta medida se podrá prevenir, erradicar y sancionar la violencia y al mismo tiempo ponerle punto final a la violencia institucional padecida cuando una mujer denuncia, cuando nadie controla las restricciones de acercamiento de los agresores, cuando las mujeres no saben a dónde recurrir por miedo y/o falta de recursos.
Las cifras siguen siendo escalofriantes. Cada 30 horas una mujer es víctima de feminicidio. Son asesinadas por varones de sus círculos íntimos – parejas, ex parejas, conocidos – y por lo general en el interior de sus hogares. Desde hace años es la ONG porteña La Casa del Encuentro la que se ocupa de llevar a cabo las estadísticas que el Estado no ha hecho ni hace. En 2015 fueron registrados 286 femicidios a los que se suman unos 66 más que corresponden a los primeros cien días de este año.
“Tocan a Una…Nos tocan a todas”
Para Beatriz Leonardi, Profesora -especializada en problemáticas de género y psicología social -Ex Coordinadora de la Casa Refugio “Mariquita Sanchez” Dirección General de la Mujer en Ciudad de Buenos Aires y Supervisora del trabajo psicosocial en la Comunidad – Docente y Argentina-, “es una marcha de alcance nacional por sus objetivos; los de amplificar la denuncia, indignación y hartazgo social por estas acciones terroristas, a manos de los verdugos del patriarcado, que toman de rehén los cuerpos de las mujeres para torturar, violar y matar como forma de disciplinamiento personal y colectivo.” Leonardi subraya que “Sabemos que cuando tocan a Una “Nos tocan a todas”, el feminicidio es un mensaje social en clave mafiosa, muchas veces inconsciente otras no, emitido por los asesinos.”
Miriam Bobadilla, Co-coordinadora de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género por Argentina que participó activamente de la marcha, observa que “Aunque la cobertura de los medios de comunicación ha sido notablemente menor al año pasado, las redes sociales suplieron la cobertura de manera extraordinaria, sumándose grupos etarios y sociales de distinta índole.”
A pesar de ello, también reconoce que “ver a familias, jóvenes, niños y niñas junto a sus progenitores de la mano participando de la movilización fue conmovedor. A nivel social el lema de #NiUnaMenos ha calado en lo profundo de la cultura, hay mayor conciencia. Es ahora el tiempo de que el Estado y los distintos organismos respondan en igual medida.”
Participar de la marcha
“Las mujeres nos movilizamos en Argentina desde hace mucho tiempo, hay una historia de pertenencia a distintos movimientos que nos recibieron en su seno y contribuyeron a nuestra formación. Tomemos como ejemplo los Encuentros Nacionales de Mujeres que se convocan indefectiblemente todos los años, desde mayo de 1986.Estos Encuentros parieron a muchas de las jóvenes de hoy y a otras no tan jóvenes, como promotoras de estas marchas y de una participación colectiva en ‘las calles y las plazas'” resume Beatriz Leonardi.
Mientras que Mariano Minasso, periodista argentino, reflexiona sobre lo que viene después de estas movilizaciones. Considera que “el impacto deberá medirse con el correr de los días y el tiempo. Dado que una marcha o movilización puede ayudar a darle difusión a un tema, pero luego debe haber un compromiso de la diligencia política para tomar cartas en el asunto.”
